viernes, 7 de mayo de 2010
Pensando
Si un día llegáramos a tener la certeza de que nunca vamos a ser felices, no merecería la pena seguir viviendo. Por suerte o por desgracia, no lo tengo claro, es imposible saberlo. Por tanto, la principal razón que nos mueve a estar vivos es esa frágil incertidumbre que se suele llamar esperanza.
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