miércoles, 18 de junio de 2008

No se me ocurre un buen título

Vaya, cómo pasa el tiempo. Hace mucho que no escribo por aquí, y me avergüenza hacerlo sólo para anuncios y promociones, como decía Antonio Gasset.

Me escudo en la falta de tiempo, como siempre. Pero pierdo un montón de minutos y hasta horas haciendo nada. Tengo algún post en la cabeza que nunca escribiré. La semana pasada tendría que haber publicado uno titulado Aquí estuvo Michael Jackson, sobre mi periplo por Zaragoza sin parar de currar, la Expo de lejos, el Hotel Boston lleno de autoridades y el recuerdo de gente besando el suelo que pisó el cantante blanquecino. Pero nada, se quedó en el tintero. Una pena, porque estaba muy bien.

Y ahora no estoy de humor para escribir nada interesante. Puede que este blog sea una de las múltiples cosas que empiezo y abandono a mitad de camino. Así no lograré nunca ser nada en la vida. Todo a medias, todo inacabado, todo siempre igual, sin avanzar.

Bah, mejor me voy a ver la tele, basta de ordenador por hoy.

Ah, esta semana nos tomamos Una copa con Tito Dávila. Sincolumna no hay, al menos de momento no se ha actualizado esta semana, ¡pero conste que yo la envié! Así ya tengo para la semana que viene, menos tiempo que pierdo pensando y más tele que puedo ver.

3 comentarios:

Yelacis dijo...

Tarde, pero comento el post. Acabo de leer un comentario en el blog de Sonia de Kundera y me ha emocionado. Unas pocas palabras que me han llegado y me han hecho recordar la época en la que lo leímos y lo mucho que te quiero.

Yelacis dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Rous dijo...

Vaya, me vas a emocionar... Jo, qué tiempos. Resulta curioso que justo ayer dejé otro comentario sobre el mismo libro en el blog Cinco días bien, dos mal; en muy poco tiempo, dos personas cercanas a mí se han leído un libro que para mí es fundamental, y no dejo de preguntarme qué se sentirá al leerlo por primera vez superada la treintena.